"El Valencia celebra su salvación en la Copa y renueva esperanzas"

La Copa del Rey se convirtió en un respiro para el Valencia. El equipo dirigido por Carlos Corberán inhaló aliviado cuatro días después de su descalabro en Mestalla, donde, en los minutos finales, sucumbió ante el Real Madrid. Logró una victoria revitalizadora que dibuja una sonrisa en sus rostros tras varias semanas adversas y, además, le permite avanzar a los octavos de final. El Eldense, que también lucha por evitar el descenso, aunque en Segunda División, se mostró aguerrido en su terreno, el Nuevo Pepico Amat, y llegó a poner a su adversario en apuros, pero le faltó puntería y terminó cediendo ante la derrota.

La eliminatoria se puso muy a favor cuando Diego López encontró a Sergi Canós en el corazón del área. El valenciano giró sobre sí mismo y mandó el balón a la red. El conjunto de Corberán sabía que esta noche no estaba enfrente el Madrid y se relajó, se sintió superior demasiado pronto. Un error que animó al Eldense a marcharse con descaro a por el empate. Lo tuvo Diego Collado en su bota derecha un minuto después del 0-1, pero el remate del nuevo refuerzo del equipo alicantino se marchó desviado.

Dani Ponz no tiene puñales en la delantera y ahí se fueron sus opciones pese a que el Eldense encontró su sitio en el partido y detectó, como tantos otros antes, que el flanco izquierdo de la defensa del Valencia es el más frágil. Cada ataque metía los dedos en la herida de la banda por la que se desangra este equipo en apuros y le dio trabajo a Dimitrievski. Pero le faltó remate, o, más bien, puntería, para herir al Valencia. Lo pagó caro. Al final de la primera mitad, Canós le devolvió el regalo a Diego López y el asturiano metió el 0-2.